La industria automotriz mexicana atraviesa una etapa de transformación profunda. Mientras avanza hacia la electromovilidad como parte de sus compromisos ambientales y competitivos, enfrenta desafíos estructurales como la posible reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, la presión de los nuevos aranceles de EE.UU. y la revisión del T-MEC. Sin embargo, regiones como Coahuila se mantienen como bastiones de eficiencia, inversión y producción. En este artículo, exploramos los tres ejes clave que definirán el futuro automotriz del país al 2030.
Electromovilidad: metas ambiciosas y retos urgentes
México ha superado recientemente las 50,000 unidades eléctricas en circulación gracias a incentivos fiscales, asociaciones público-privadas y una creciente conciencia ambiental. No obstante, esta cifra representa menos del 1 % del parque vehicular nacional, lo que evidencia que aún queda mucho camino por recorrer.
De cara a 2030, la Electromovilidad Asociación México (EMA) propone una meta clara: que el 70 % de los autos nuevos vendidos en zonas metropolitanas sean eléctricos o híbridos. Para lograrlo, se deben superar barreras como:
- Infraestructura de carga insuficiente: Aunque existen 2,200 estaciones públicas, solo el 30 % son de carga rápida (50 kW o más), lo que limita los viajes largos o la logística con vehículos eléctricos.
- Generación eléctrica: Se estima que se requerirán entre 3 y 5 GW adicionales de energía limpia para atender la futura demanda de carga vehicular.
- Normatividad e incentivos: Es urgente la publicación de una Norma Oficial Mexicana (NOM) que regule estándares de seguridad, interoperabilidad y calidad en vehículos eléctricos. Además, la importación de baterías y la falta de incentivos regionales siguen frenando la instalación de plantas de ensamblaje y el crecimiento del ecosistema local.
La visión al 2030 incluye un plan nacional de electromovilidad, subsidios temporales, capacitación técnica y articulación entre gobierno, industria y academia. Sin embargo, estas metas se ven impactadas por otras variables estructurales que afectan la operación diaria del sector.
Reforma laboral: el dilema de las 40 horas semanales
En paralelo al proceso de electrificación, la industria enfrenta la posible aprobación de una reforma para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, una medida que podría impactar de manera significativa a las operaciones automotrices, que funcionan 365 días al año con tres turnos continuos.
Durante el tercer foro nacional sobre la jornada laboral, el presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Rogelio Garza Garza, solicitó “un tratamiento especial” para el sector, advirtiendo que la reforma podría comprometer la competitividad y la producción de las 20 plantas de vehículos, 8 de motores y 7 de transmisiones del país.
Algunas de las preocupaciones y propuestas incluyen:
- Impacto a la estructura operativa: Las plantas automotrices producen 14,000 unidades diarias y representan el 4.5 % del PIB nacional y el 35 % de las exportaciones manufactureras.
- Empleo y productividad: El sector genera un millón de empleos directos, por lo que la reforma, sin un esquema adecuado, podría traer consecuencias para el empleo formal.
- Propuestas de la AMIA:
- Que la reducción se base en horas, no en días.
- Incentivos fiscales como la deducción del 100 % en prestaciones sociales.
- Eximir de la reforma al personal de confianza.
- Visión de la Coparmex: Su presidente en Jalisco estimó que una aplicación inmediata costaría al estado más de 24 mil millones de pesos anuales, por lo que propuso una implementación gradual.
- Consenso tripartita: Se destacó la necesidad de un diálogo entre trabajadores, empresarios y gobierno, como en reformas laborales anteriores.
Esta discusión se vuelve aún más crítica ante el escenario de presión comercial internacional. La industria automotriz ya enfrenta la revisión del T-MEC y las tensiones por los nuevos aranceles estadounidenses, lo que obliga a tomar decisiones estratégicas con visión de largo plazo.
El caso Coahuila: eficiencia, inversión y liderazgo en electromovilidad
A pesar del entorno incierto, Coahuila se posiciona como ejemplo nacional de resiliencia industrial y visión estratégica. En el primer trimestre de 2025, el estado:
- Aumentó el número de proyectos de inversión en un +15.7 %, con 59 nuevos proyectos a nivel nacional.
- Recibió $76.2 millones de dólares en inversión automotriz en 4 proyectos clave, con nuevas plantas y ampliaciones en Monclova, Ramos Arizpe y Saltillo.
- Generó empleo técnico y especialización en autopartes de alto rendimiento.
Entre los proyectos más destacados se encuentran:
- DUAL Borgstena: nueva planta de textiles automotrices, 650 empleos.
- BMTS Technology: ampliación en turbocargadores.
- Hi-Lex Controls: instalación para cables de control de vehículos.
- Imperial Auto: producción de componentes de transmisión.
La producción también alcanzó cifras destacadas:
- General Motors en Ramos Arizpe operó al 103 % de su capacidad instalada, con más de 77,000 unidades producidas, incluyendo modelos eléctricos como Equinox EV, Blazer EV, Honda Prologue EV y Cadillac Optiq.
- Stellantis en Saltillo produjo casi 50,000 unidades, con un uso del 53.8 % de capacidad.
Además, el Clúster de la Industria Automotriz de Coahuila (CIAC), liderado por Lourdes Cobos Cabrera, ha reforzado la colaboración público-privada-académica, con una membresía de 50 empresas que generan más de 150,000 empleos directos. Su agenda incluye:
- Impulso a la innovación tecnológica.
- Fomento del liderazgo femenino en el sector.
- Transición acelerada hacia la electrificación vehicular.
Una industria en redefinición
La industria automotriz en México se encuentra en un punto de inflexión. El avance hacia la electromovilidad plantea oportunidades de modernización y liderazgo ambiental, pero su éxito dependerá de resolver desafíos críticos: infraestructura, normatividad, talento técnico y atracción de inversión.
Simultáneamente, la implementación de una reforma laboral sin adaptaciones sectoriales podría mermar la competitividad del país justo cuando se enfrenta una revisión clave del T-MEC y restricciones comerciales externas.
Ejemplos como el de Coahuila demuestran que es posible combinar eficiencia productiva, atracción de inversiones y transición energética, siempre que exista un ecosistema articulado, con visión de largo plazo. México tiene la oportunidad de consolidarse como líder regional en movilidad sostenible, pero el camino requiere decisiones estratégicas hoy para no perder el impulso mañana.